Una Historia de Rafael Arcangel

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Les voy a contar una hermosa historia de Rafael Arcangel, y de una de las tantas veces que se ha hecho presente en la tierra para aayudar al hombre, esta historia esta documentada en el libro de Tobias, vale la pena compartirla

Tobías era un hombre de bien.

Una noche cuando estaba muy cansado por el día que había tenido, se acostó a dormir al lado de una pared con el rostro descubierto, pues hacía mucho calor. Entonces algo que cayó de un nido de golondrinas le entro en los ojos y fue así que no pudo volver a ver la luz del cielo, quedando totalmente ciego.

Ya no sirvieron para nada las medicinas y los médicos que lo atendieron.

Si bien Tobías, estaba ciego, aun recordaba los diez talentos de plata que le había entregado a Gabelo en depósito y se lo comunicaba a su hijo Tobit.

«Y puesto que nos hemos quedado pobres en medio de la confiscación de bienes sabrás que le entregue a Gabelo de Rages, diez talegos de plata y sería conveniente recuperarlos.»

Hare lo que ordenas dijo Tobit, pero no conozco a Gabelo, y tampoco se cómo podría él reconocerme, además ignoro el camino.

Entonces el padre le dijo:

El contrato, fue firmado hace veinte años, Gabelo y yo lo hemos hecho. De la parte que me corresponde te daré la mitad. En cuanto al camino, búscate un amigo que te lo enseñe.

Una vez que salió al camino se encontró con un joven. Tobit no lo conocía y tampoco sabía que este muchacho era un enviado de DIOS.

No se imaginaba que era un ángel.

Tobit le pregunto si conocía el camino que conducía a Media, a lo que el joven le respondió conocer muy bien los caminos y montes, fue entonces que Tobit se entusiasmó y quiso ir a despedirse de su padre y presentarle al guía que había encontrado.

Tobías, quiso saber quién era ese muchacho, y este le respondió que se llamaba Azarías, hijo de Ananías, israelita.

Después de otorgarle su bendición Tobías quedo muy satisfecho con aquel guía y pidió a DIOS que los acompañara en el viaje. Luego se dirigió a su hijo y le dijo: «QUE TU ANGEL TE ACOMPAÑE».

Caminaron durante todo el día solos y con la compañía de un perro. Al llegar la noche, se detuvieron a orillas del rio Tigris, para lavarse los pies, cuando vio que se acercaba un gran pez. Entonces el ángel le dijo: «tómalo y quítale el corazón, el hígado y la hiel, pues son una gran medicina.»

Tobías hizo lo que el joven le sugirió y luego sacándole la piel, lo asaron y lo comieron.

Tobit le pregunto:

«Hermano Azarías, que medicina contienen el corazón, ¿el hígado y la hiel de ese pez?»

Y le respondió:

«Con el corazón y el hígado se hacen sahumerios para liberar a la mujer atormentada por el maligno, la hiel es un buen ungüento para curar la ceguera.»

Estando cerca de Ecbatana, el ángel le dijo:

«Hermano Tobit, esta noche será necesario pernoctar en casa de Ragüel, tu pariente. Se que él tiene una hija de nombre Sara, única heredera de sus riquezas.

Tu eres el pariente más cercano y el único que tiene derecho a heredar los bienes de su padre. Sara es bella y muy agraciada, y su padre es un buen hombre. Le hablare para que te la de como esposa y una vez que hayas cobrado la deuda, la llevaremos a la casa de tu padre.»

Tobit le dijo:

«Hermano Azarías, me han dicho que ella ha tenido ya siete maridos, los que sucesivamente han ido muriendo por el poder de un malvado demonio en cuanto entraban al lecho nupcial.»

El Ángel le respondió:

«No te preocupes por eso, Sara desde esta noche será tu esposa. Apenas entres a la cámara nupcial, echa sobre el brasero perfume, el corazón y el hígado de aquel pez. El olor se difundirá y el demonio huira para siempre.»

Cuando llegaron, fueron recibidos muy cordialmente por Ragüel

Tobías, dirigiéndose a su acompañante le dijo: Azarías, dile a Ragüel que me de a Sara por esposa.

Ragüel lo oyó y dijo: «Come y bebe en paz, Tobit, que a nadie más corresponde el derecho de casarse con mi hija. Pero… debo decirte la verdad…»

Entonces, le conto lo de los siete maridos y de sus preocupaciones por el malvado demonio de nombre Asmodeo. Después le pidió a su mujer que le trajese lo necesario para escribir el contrato de cohabitación, según lo prescribía la ley de Moisés.

Cuando entro Tobit a la habitación se acordó lo que su amigo le había dicho y enseguida tomando el corazón y el hígado del pez lo echo sobre el brasero. El humo se esparció por toda la habitación obligando al demonio Asmodeo a huir hasta Egipto en donde el Ángel lo apreso y encadeno.

Tobit dirigiéndose a su amigo le pidió que tomara cuatro siervos y dos camellos y que se dirigiera a Rages, a casa de Gabelo para cobrar el crédito e invitarlo a la boda. Azarías, partió y una vez en presencia de Gabelo le presento el documento firmado por Tobías y lo puso al tanto de la próxima boda de su hijo. Gabelo se cercioro de la veracidad del documento y viendo que estaba intacto, partió junto al emisario rumbo a la casa de Ragüel.

Gabelo saludo al hijo de Tobías con efusivas palabras bendiciéndole a él y a su esposa, a la vez que recordaba a su gran amigo Tobías.

Antes de llegar a Nínive, Azarías le dijo a Tobit que se adelantaran al cortejo de su esposa y llegaran antes para ir a la casa de su padre con la medicina del pez.

Ana, madre de Tobías, los vio regresar y los recibió emocionada y feliz.

El ángel cuando llego a Tobías le dijo:

«Frótate los ojos con esto y curaras.»

Tobías hizo lo que le dijo y frotándose los ojos al cabo de unos instantes, grito asombrado «Ahora te veo, luz de mis ojos»

Bendijo al Señor y a aquel joven que le había traído la cura para su ceguera

Cuando terminaron los festejos de la boda de su hijo con Sara, llamaron a Azarías, para darle la mitad de los bienes que Tobit había traído. Fue entonces que el hombre se dio a conocer:

«YO SOY RAFAEL, uno de los siete Ángeles que están en la Gloria de DIOS y que van y vienen ante El.»

«Haced conocer a todos cuan grandes y magnificas son las Obras de DIOS.»

«Cuando tú, Tobías, orabas con tu mujer o interrumpías tu comida para ir a sepultar a los muertos, yo presentaba tus obras y oraciones al Señor»

Ambos temieron oyendo lo que el joven decía.

«¡No temáis! La paz sea con vosotros.»

Y se marchó. Ascendió a los cielos y poco a poco… desapareció.

Acerca del autor

Neuly

Astróloga, Tarotista, Maestra Reiki, Sanadora Angélica, Asesora de Feng Shui y Astrología China, Terapeuta de limpieza de energías negativas y liberación de Implantes Espirituales, Terapeuta de Flores de Bach. Para Consultas escribanme a magiaangelica@hotmail.com o neuly.garcia@magiaangelica.com.ve

Por Neuly

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