Apertura del Retiro de Shamballa

A

APERTURA DEL RETIRO DE SHAMBALLA 15 de Noviembre al 15 de diciembre.

El Retiro de Shamballa es un lugar eterico, está abierto del 15 de noviembre al 15 de diciembre de cada año.

Su Jerarca es el Amado Señor Gautama, el Señor del Mundo.

El color de la Llama es el de la Llama Triple: Azul, Dorado y Rosa.

La Cualidad Divina de la Llama es la Actividad Equilibrada de Amor, Sabiduría y Poder.

Apertura inicial: Este Retiro fue abierto por primera vez a la humanidad (a los chelas de «El Puente a la Libertad») el 15 de Noviembre de 1952.

Llave tonal: La llave tonal de este Retiro y de su Jerarca está contenida en la melodía de «Canción de la India» de la ópera Sadko de Nikolai Rimsky-Korsakov.

Mediante la realización de la RESPIRACIÓN RÍTMICA, los estudiantes magnetizan e irradian las Cualidades Divinas específicas del Retiro abierto, dentro de las vibraciones más bajas en las cuales mora la humanidad.

Los estudiantes actúan como transformador-reductor, y la Cualidad Divina particular de este Retiro es absorbida por los cuatro vehículos inferiores de la humanidad. El Servicio de la Transmisión de la Llama es la forma más efectiva para incrementar la Cuota de Luz de la Tierra.

La Historia de la creacion de Shamballa

Una vez que los «rezagados» fueron traídos a la Tierra, la humanidad comenzó en su tendencia descendente. La «neblina local» (Génesis 2:6) causada por los «rezagados», se convirtió en un velo total, generado cuando la mayor parte de los seres humanos se sintonizó con pensamientos-forma d energía mal calificada, y comenzaron a producir algunos por cuenta propia. Esta tendencia descendente continuó hasta que la Tierra llegó a un punto tan bajo que se convirtió en un incumbencia de la Jerarquía de su galaxia.

La Ley Cósmica exige que cada planeta lleve cierta cantidad de luz (v.g. energía calificada armoniosa y constructivamente) como condición para mantener su sitio en un sistema solar. Esta Luz está compuesta de la energía constructivamente calificada de sus habitantes. Aproximadamente dos y medio millones de años atrás, durante la Era Lemuriana, la Tierra dejó de cumplir con esta condición.

Helios y Vesta fueron citados por un Concejo Cósmico. En dicho Concejo estaban presentes representantes de la galaxia a la que la Tierra pertenece, así como también representantes de otras galaxias. La conferencia fue presidida por Alfa y Omega, quienes son los responsables por nuestra galaxia.

Después de considerar todos los factores pertinentes, se presentó una propuesta para descartar a la Tierra como una experiencia inútil. Como parte de este plan, la Tierra habría de ser descolgada de su eje, de esa manera disolviéndola. Esto hubiera entrañado el fin de la oportunidad para toda vida de utilizar la Tierra como vehículo de auto-expresión y crecimiento.

Sanat Kumara, un Ser Ascendido del planeta Venus —y uno de sus regentes — preguntó entonces que si un Ser Ascendido con la Luz suficiente (v.g. energía constructivamente calificada) escogiera permanecer en la atmósfera de la Tierra y ofrecer Su Luz como un balance por la cuota lumínica que escaseaba en la Tierra, la Tierra sería salvada. Este ser habría de permanecer en la Tierra hasta encontrarse un sucesor digno y la Tierra volviera a emitir la Luz suficiente.

El Arcángel Rafael estuvo de acuerdo y pidió voluntarios. Sanat Kumara indicó que El podría estar interesado, siempre y cuando Su llama gemela Venus (la otra Co-Regente del planeta Venus) consintiera. Venus subsecuentemente estuvo de acuerdo, liberando a Sanat Kumara para proceder con Su misión.

Después de regresar a Su estrella-hogar, Venus, Sanat Kumara anunció a Su pueblo la oferta que había hecho. Inspirado por su ejemplo de amor altruista, treinta sacerdotes de Venus se ofrecieron a precederle y preparar un sitio para él. Imprimieron en sus memorias la Ciudad de Shamballa en Venus, la cual habría de servir como modelo para el hogar de Sanat Kumara en la Tierra. Luego, se despidieron de sus familias, de sus hogares y de sus planetas, y comparecieron ante los Señores del Karma de la Tierra. Este gran Concejo aceptó con gran gratitud la oferta de los voluntarios.

A estos sacerdotes no se les otorgaron privilegios especiales de ningún tipo. Quedaron ceñidos a las leyes de La Tierra —incluyendo la rueda de nacimiento y muerte— y le tocaba a cada cual comprender que tenía que compartir el destino de Sanat Kumara; a saber, que nadie podría ser liberado hasta que llegara el momento en que la propia Luz de la Tierra fuera lo suficiente para saldar la exigencia de la Ley Cósmica. No se les otorgó el privilegio de la conciencia consecutiva, y tuvieron que someterse a las «Bandas de Olvido,» un acto de misericordia que se aplica a todas las corrientes no-ascendidas de la Tierra.

Por consiguiente, todo lo que quedó de la memoria de Venus fue la impresión, en sus cuerpos etéricos, de la imagen de Shamballa, tal cual ésta existía en Venus, o los «soplos» de sus corazones. No habría Maestro alguno que les mostrara el camino en la Tierra, y ninguna otra asistencia habría de prestárseles.

Cuando los sacerdotes despertaron en cuerpos de bebés, lucían igual que cualquier otro individuo en la Tierra en aquel entonces. Nacieron en distintos países; algunos lo hicieron en Norteamérica.

Una vez que alcanzaron el estado adulto, los anteriores de Venus siguieron los «soplos» [promptings] de sus corazones y se prepararon para la construcción de Shamballa. Sólo tenían una cosa en común: una memoria interna de una ciudad deslumbrante. Ellos cruzaron varios grandes océanos y continentes. Algunos de los anteriores sacerdotes finalmente se reunieron en tierra firme, cerca del Mar de Gobi, un gran cuerpo de agua en lo que hoy es el Desierto de Gobi ( Mongolia). Muchos habían pasado por viajes agotadores, pero un deseo ardiente les iluminaba el camino, y les permitió recordar su propósito lo suficiente como para encontrar a sus hermanos peregrinos.

Después de llegar a las costas del Mar de Gobi (que ahora es un desierto), los más fuertes entre ellos trajeron adelante una visión de su propósito, la cual fue confirmada por los corazones de los demás. Así fue como comenzó la preparación para lo que hoy se conoce como «la construcción de Shamballa.»

En el Mar de Gobi había una isla con exótico follaje verde, sobre la cual se decidió construir Shamballa. Esta isla más adelante fue bautizada como la «Isla Blanca».

Atraídos por los vínculos de interés común en una causa, la próxima tarea de los treinta voluntarios fue la de encontrar el material con el cual habría de construirse Shamballa; y por la labor de sus propias manos, diseñaron y construyeron con mármol y piedra, la visión que habían mantenido en sus mentes. Las condiciones eran similares a las que se encuentran hoy en día. No se le dio ninguna asistencia especial a estos individuos. Había un velo, y no había idas ni venidas de seres angélicos visibles.

Desde todas partes del mundo ellos trajeron las tremendas piezas de mármol y de diversas otras piedras que conformaron los magnos edificios. En su mayoría, utilizaron los más bellos mármoles y otros materiales que la Tierra podía ofrecer. Algunos entre ellos que eran poderosos en el uso de la magnetización, ayudaron a muchos a erigir algunas de estas piedras, las cuales pesaban en el orden de toneladas.

Shamballa no fue construida toda de una vez. La construcción era a menudo interrumpida por hordas destructivas que bajaban de las colinas, mataban a los constructores y destruían lo que éstos habían construido. Tan pronto como sus cuerpos físicos eran desconectados de sus cuerpos etéricos (v.g. almas), ellos solicitaban de nuevo ser rápidamente provistos con la oportunidad de encarnar nuevamente.

Estas solicitudes siempre fueron honradas. Intrépidamente, durante 900 años continuaron los constructores de Shamballa en su servicio de amor, despejando los escombros y comenzando de nuevo, a veces hasta teniendo que volver a construir las mismísimas fundaciones de los templos.

Trabajando contra el tiempo, llegó el día en que la ciudad estuvo terminada. Sanat Kumara, acompañado por sus tres otros Kumaras de Venus, entro a Su residencia.

Felices y agradecidos estaban los constructores, quienes han soportado el esfuerzo de 900 años para completar a Shamballa, un sitio tan magnífico que nunca jamás la semejanza del mismo ha sido igualada en ningún momento en la Tierra. Ellos se arrodillaron en acción de gracias y aplicación ante Dios y Sanat Kumara, conformando así un registro etérico.

La Llama de Acción de Gracias ha emanado rítmicamente desde el día en que los treinta seres se arrodillaron ante la venida de su Señor, y ha ido aumentando en poder a medida que cada corriente de vida se haya hecho consciente de los beneficios que se han vertido a través de dicha Llama, en la mayoría de los casos sin reconocimiento durante siglos.

Miles de años después, los peregrinos que llegaron a Estados Unidos se sintonizaron con este registro, estableciendo el Día de Acción de Gracias [Thanksgiving Day].

Tan pronto hubo llegado a Shamballa, Sanat Kumara atrajo la inmortal Llama Triple de Dios. La concentración de esa Llama nunca antes se había conocido en la Tierra, ya que representaba la acción vibratoria de Venus. Un diminuto hilo de esta Llama fue anclado en el corazón de cada una de los 10 millardos de corrientes de vida que pertenecían a las evoluciones de la Tierra, tanto encarnadas como desencarnadas. Así, la crisis fue superada y se salvó la Tierra.

A los estudiantes en los 1950s se les dijo que Sanat Kumara había llevado a cabo misiones similares antes, regresando victorioso a casa cada vez. En la Biblia, a Sanat Kumara se le llama «El Anciano de los Días» (Daniel 7:9).

Para mas informacion pueden revisar el Libro: El Hombre, su origen, historia y destino de Werner Schroeder (Panamá: Serapis Bey Editores, S.A.)

Cómo cooperar

Al llegar a su final el ciclo de doce meses de cada año, el Señor del Mundo abre las puertas de Shamballa a todos los Espíritus de Dios que estén sirviendo a la Gran Hermandad Blanca en el mundo de la humanidad. Del 15 de noviembre hasta el 15 de diciembre en cada año.

Los miembros de la Hermandad regresan a Shamballa con la cosecha de Su esencia de vida consagrada, procediendo a colocar dicha cosecha en el altar frente al Señor del Mundo, como regalo de Su servicio en el viñedo espiritual.

De esta forma, cada Maestro, ángel, hombre y elemental coloca dentro de la Inmortal Llama Triple de Vida que destella sobre el altar la cosecha de su año de esfuerzo.

En Shamballa, los miembros de la Gran Hermandad Manca discurren sobre su servicio del pasado año. Traen sus cosechas respectivas ante el Señor del Mundo, y esa cosecha determinará la cantidad de servicio que habrá de prestarse durante los próximos doce meses. Lo que los miembros han hecho con la energía que se les dio, lo que hicieron con las oportunidades ofrecidas, lo que hicieron con la conciencia y capacidades que tuvieron a disposición, serán los factores determinantes para la asignación para el próximo año. Esta asignación tendrá lugar en la reunión en el Retiro del Tetón.

Los tres reinos traen su cosecha, la cual es la esencia de la energía utilizada en les empeños de servicio impersonal durante el año en cuestión. La Hueste Angélica es la primera en traer su cosecha.

Ellos tienen su ceremonia el Día del Arcángel Miguel, 29 de Septiembre.

Los elementales tienen su ceremonia en la segunda mitad de Octubre.

La Gran Hermandad Blanca y los estudiantes (en sus cuerpos internos) tienen su ceremonia de cosecha en la segunda mitad de Noviembre.

Los Maestros presentan un informe de todo lo que han hecho, de todo lo que Sus chelas han hecho, y de todo lo que los Retiros han logrado.

Ellos también reciben energía renovada, fuerza renovada, vitalidad renovada de naturaleza espiritual de parte del amado Señor del Mundo en persona, la cual llevarán consigo y la cual conforma un gran momentum de energía para el próximo ciclo de 12 meses.

Los seres no-ascendidos ( nosotros simples mortales) también tienen la oportunidad de presentar la cosecha individual de sus logros durante el año, si así lo desean. Así, la más pequeña contribución añade al tamaño, cualidad y poder de esta Llama.

Shamballa significa «hacer sagrado.» La repetición del nombre «Shamballa» siete veces con reverencia —sea audiblemente o en silencio — rápidamente elevará la acción vibratoria de los chelas diligentes, así como también reanimará las memorias etéricas de visitas allá en el pasado.

Acerca del autor

Neuly

Astróloga, Tarotista, Maestra Reiki, Sanadora Angélica, Asesora de Feng Shui y Astrología China, Terapeuta de limpieza de energías negativas y liberación de Implantes Espirituales, Terapeuta de Flores de Bach. Para Consultas escribanme a magiaangelica@hotmail.com o neuly.garcia@magiaangelica.com.ve

Por Neuly

Entradas recientes

Categorías

Meta